1.2 EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
El sistema nervioso central (SNC) está conformado por el encéfalo y la médula espinal (figura 8). Tanto encéfalo como médula están recubiertos por unas membranas denominadas meninges que lo protegen de infecciones y permiten la circulación del líquido cefalorraquídeo.
Las meninges son tres membranas que dan cubrimiento al sistema nervioso central. Se denominan piamadre, aracnoides y duramadre.
■ LA PIAMADRE es la capa más interna que cubre el cerebro y la médula; es altamente vascularizada y está en contacto íntimo con las estructuras en mención.
■ LA ARACNOIDES es la capa intermedia que incluye dos capas que se entrelazan cómo una telaraña.
■ LA DURAMADRE es la capa externa, más gruesa y resistente que establece contacto directo con la bóveda craneana y el canal raquídeo.
Estas tres membranas contemplan cuatro espacios, a saber: el subaracnoideo, el epidural, el subdural y el intraaracnoideo.
Las meninges son tres membranas que dan cubrimiento al sistema nervioso central. Se denominan piamadre, aracnoides y duramadre.
■ LA PIAMADRE es la capa más interna que cubre el cerebro y la médula; es altamente vascularizada y está en contacto íntimo con las estructuras en mención.
■ LA ARACNOIDES es la capa intermedia que incluye dos capas que se entrelazan cómo una telaraña.
■ LA DURAMADRE es la capa externa, más gruesa y resistente que establece contacto directo con la bóveda craneana y el canal raquídeo.
Estas tres membranas contemplan cuatro espacios, a saber: el subaracnoideo, el epidural, el subdural y el intraaracnoideo.
Figura 8. El sistema nervioso central está formado por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo presenta un surco profundo llamado cisura interhemisférica que lo divide en dos mitades: el cerebro izquierdo y el cerebro derecho. Las cisuras dividen cada cerebro en regiones denominadas lóbulos, que son: frontal, parietal, temporal y occipital
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■ EL ESPACIO SUBARACNOIDEO está situado entre la aracnoides y la piamadre. A través de este circula el líquido cefalorraquídeo, cuyas funciones son amortiguar al cerebro y a la médula contra lesiones, brindar las sustancias nutritivas para las neuronas y eliminar sustancias de desecho.
■ EL ESPACIO SUBDURAL está comprendido entre la duramadre y la aracnoides. Es un espacio virtual porque en condiciones normales no existe pero, al presentarse un derrame o hemorragia, las dos capas se separan haciendo que este aparezca. ■ EL ESPACIO EPIDURAL está ubicado entre el hueso y la duramadre. Es rico en grasa, proporciona almacenamiento de sustancias y confiere sostén. ■ EL ESPACIO INTRAARACNOIDEO se encuentra entre ambas hojas del aracnoides. |
1.2.1 LA MÉDULA ESPINAL
Figura 9. Organización de la médula espinal. De cada segmento medular sale un par de raíces dorsales que contienen fibras aferentes. Estas conducen información sensitiva y confluyen al asta posterior de la médula. El cuerpo de estas fibras está ubicado en el ganglio de la raíz dorsal. De las astas anteriores de la médula también sale, de cada segmento, un par de raíces ventrales que contienen fibras eferentes que transmiten la información motora.
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La médula espinal (figura 9) contenida dentro del canal raquídeo, es la encargada de comunicar al encéfalo con el resto del cuerpo y también de controlar muchas acciones reflejas que no requieren de la intervención de la parte consiente del cerebro. Está compuesta por 31 segmentos de los cuales se originan los nervios espinales y se extiende aproximadamente desde la región occipital hasta un nivel de la primera vértebra lumbar. Se consideran ocho segmentos cervicales, doce torácicos o dorsales, cinco lumbares, cinco sacros y uno coccígeo.
1.2.1.1 ORGANIZACIÓN DE LA MÉDULA
La médula contiene en su interior la materia gris que tiene forma de alas de mariposa gracias a unas prolongaciones llamadas astas. A las astas posteriores llegan las raíces dorsales o sensitivas con toda la información proveniente del entorno, y de las astas anteriores salen las raíces ventrales o motoras que conducen información motora hacía los órganos efectores. La médula también está formada por la materia blanca, que rodea a la materia gris. Esta materia se distribuye en tres cordones: el cordón anterior, el cordón posterior y el cordón lateral. Su función es llevar los estímulos sensoriales a la corteza cerebral y transportar respuestas a los órganos efectores como músculos y glándulas (figura 10). |
Figura 10. Composición de la médula espinal y ubicación de las meninges que la recubren y protegen (duramadre, aracnoides y piamadre).
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Figura 11. Transmisión de la información desde la periferia hacia el sistema nervioso central. Las vías ascendentes llevan información sensitiva y hacen sinapsis con interneuronas, que atraviesan la médula ascendiendo hacia la corteza cerebral. La corteza cerebral interpreta la información y, a partir de este proceso, se envían impulsos de respuestas que bajan por vías descendentes hacia la médula. Allí las interneuronas hacen nuevamente sinapsis con fibras motoras o eferentes que conducen la respuesta hacia los músculos, provocando su contracción.
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La información sobre estímulos térmicos, táctiles y dolorosos (exterocepción), componen la sensibilidad superficial. Un ejemplo de este tipo de sensibilidad puede ser el calor proveniente de una chimenea. Esta información ingresa por las astas posteriores de la médula y luego se comunica con una interneurona que cruza la información. Por último, asciende hacia el cerebro a través de cordones laterales y anteriores y allí es interpretada hasta que, finalmente, genera una respuesta adecuada (figura 11).
La sensibilidad profunda o propioceptiva que conduce información de peso, vibración, dolor profundo, percepción de objetos como, por ejemplo, la ubicación espacial del pie o la mano. Esta información asciende por los cordones posteriores del mismo lado.
Las vías descendentes están compuestas por los axones de neuronas motoras que conducen la respuesta hacia el órgano efector. Son muchas las vías descendentes del sistema nervioso central, una de las más importantes, es la vía piramidal. Esta vía desciende por el cordón lateral y termina en las astas anteriores del mismo lado, donde nacen las neuronas motoras inferiores que inervan los músculos. Esta vía permite el control de los movimientos voluntarios.
La sensibilidad profunda o propioceptiva que conduce información de peso, vibración, dolor profundo, percepción de objetos como, por ejemplo, la ubicación espacial del pie o la mano. Esta información asciende por los cordones posteriores del mismo lado.
Las vías descendentes están compuestas por los axones de neuronas motoras que conducen la respuesta hacia el órgano efector. Son muchas las vías descendentes del sistema nervioso central, una de las más importantes, es la vía piramidal. Esta vía desciende por el cordón lateral y termina en las astas anteriores del mismo lado, donde nacen las neuronas motoras inferiores que inervan los músculos. Esta vía permite el control de los movimientos voluntarios.
1.2.2 EL ENCÉFALO
El encéfalo contenido en la cavidad craneana consta de tres secciones: el encéfalo anterior, el medio y el posterior.
El encéfalo anterior o prosencéfalo contiene el cerebro, el hipotálamo y el hipocampo. El encéfalo medio o mesencéfalo incluye la sustancia reticular. El encéfalo posterior o rombencéfalo contiene el bulbo raquídeo, la protuberancia anular y el cerebelo (figura 12).
El encéfalo anterior o prosencéfalo contiene el cerebro, el hipotálamo y el hipocampo. El encéfalo medio o mesencéfalo incluye la sustancia reticular. El encéfalo posterior o rombencéfalo contiene el bulbo raquídeo, la protuberancia anular y el cerebelo (figura 12).
1.2.2.1 FUNCIONES REGULATORIAS DEL ENCÉFALO
El cerebro controla las respuestas motoras, las sensaciones, la memoria, el intelecto, la conciencia y el lenguaje. Está constituido por los hemisferios cerebrales, que son dos masas responsables de recibir, procesar y emitir la información que llega al organismo desde el exterior.
El tálamo es una masa de sustancia gris ubicada en la zona media del cerebro. Es el centro de integración de las vías ascendentes y descendentes.
El hipotálamo es una glándula localizada detrás del tálamo. Es el centro integrador del SNA y el SNC. Regula la temperatura corporal, el hambre, la sed, el reloj biológico y las respuestas endocrinas a través del control de la glándula hipófisis.
El cerebro controla las respuestas motoras, las sensaciones, la memoria, el intelecto, la conciencia y el lenguaje. Está constituido por los hemisferios cerebrales, que son dos masas responsables de recibir, procesar y emitir la información que llega al organismo desde el exterior.
El tálamo es una masa de sustancia gris ubicada en la zona media del cerebro. Es el centro de integración de las vías ascendentes y descendentes.
El hipotálamo es una glándula localizada detrás del tálamo. Es el centro integrador del SNA y el SNC. Regula la temperatura corporal, el hambre, la sed, el reloj biológico y las respuestas endocrinas a través del control de la glándula hipófisis.
El hipocampo es el centro que controla todos los comportamientos básicos como el deseo sexual y la ira, entre otros. Participa en el proceso de formación de memoria, ya que almacena recuerdos y los asocia con las experiencias previas. También se encarga de la orientación espacial.
La sustancia reticular es un centro de asociación, ubicado a nivel de la protuberancia anular. Está relacionada con la visión, la audición, y los estados de conciencia. Regula mecanismos de sueño-vigilia, el tono muscular y algunos reflejos. También filtra información antes de que esta llegue a la parte consciente del cerebro así que permite que, por ejemplo, a pesar de que oigas ruido en la calle o música, puedas concentrarte en leer este libro. El bulbo raquídeo es la parte superior del tallo cerebral y está ubicado entre la médula espinal y el puente de Varolio. Es un sitio de asociación y de control de funciones involuntarias como el ritmo cardiaco, la respiración, la secreción de jugos gástricos, la tos y la deglución. La protuberancia o puente de Varolio, ubicada por encima del bulbo delante de los hemisferios cerebrales, es un sitio de asociación que transmite impulsos de un cerebelo a otro, y entre el bulbo y el mesencéfalo. Colabora con el control de las funciones motoras y la emoción. El cerebelo es el centro que integra las funciones motoras y sensitivas; coordina el movimiento, el equilibrio y la postura. Gracias al cerebelo podemos realizar movimientos finos como enhebrar una aguja. |
Figura 12. El encéfalo y sus partes. Hacia el día 26 de gestación, el encéfalo humano ya se ha diferenciado en prosencéfalo, mesencéfalo y romboencéfalo. Para la décima semana ya están desarrollados el mesencéfalo, el diencéfalo y los hemisferios cerebrales.
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1.2.2.2 EL CEREBRO
El cerebro está constituido por los hemisferios cerebrales. Cada hemisferio contiene una capa externa de sustancia gris, compuesta por cuerpos celulares y dendritas, y una capa externa de sustancia blanca, compuesta por axones mielinizados que conectan varias partes del encéfalo. En la sustancia blanca existen unas masas de sustancia gris llamadas ganglios básales.
Figura 13. Corte transversal del cerebro en el que se aprecian los hemisferios derecho e izquierdo y el cuerpo calloso. El cerebro humano especializado en una alta gama de funciones y asociaciones, se caracteriza por su gran número de circunvoluciones.
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Figura 14. Lóbulos cerebrales y sus funciones. Piensa en actividades que realices diariamente y relaciónalas con los lóbulos que la controlan.
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La capa externa del cerebro se denomina corteza cerebral y es la responsable de procesar la información recibida, compararla con la información almacenada y transformarla en algo real y consciente. La región superficial de la corteza cerebral presenta una serie de pliegues o circunvoluciones que aumentan su área. Los dos hemisferios están unidos e interrelacionados por una estructura compuesta por axones de neuronas llamada cuerpo calloso (figura 13).
El hemisferio cerebral izquierdo es el responsable del habla, la escritura, la lógica, las matemáticas, el cálculo y el análisis; además controla las funciones motoras del lado derecho del cuerpo. El hemisferio derecho por otro lado, es el responsable de los sentimientos, las habilidades artísticas y musicales, la memoria visual y la capacidad de síntesis. Este hemisferio controla el lado izquierdo del cuerpo (figura 14).
El cerebro contiene cuatro lóbulos en cada hemisferio: el lóbulo occipital, el lóbulo frontal, el lóbulo parietal, y el lóbulo temporal. En ellos se procesa información sensitiva y motora, y se desarrollan funciones mentales superiores como el cálculo, la memoria, el juicio, el raciocinio, la orientación, la lógica y el lenguaje, etc.
El lóbulo occipital recibe e interpreta información de tipo visual. El lóbulo temporal lo realiza con información de tipo auditivo y permite el reconocimiento, identificación y nombramiento de objetos. Aquí, el centro de comprensión del lenguaje se encuentra en la región temporal izquierda o área de Wernicke. El hipocampo de este lóbulo permite la percepción olfativa.
El lóbulo frontal regula la función motora, el habla, la inteligencia y la personalidad. Permite que podamos pensar y planear situaciones y decisiones. Los centros de control superior del lenguaje hablado están en el área frontal izquierda o área de Broca. El lóbulo parietal integra las sensaciones y el equilibrio y así mismo, controla el lenguaje.
El cerebro alberga de este modo: dos lóbulos frontales, dos lóbulos parietales, dos lóbulos temporales y dos lóbulos occipitales que se interconectan a través del cuerpo calloso y relacionan sus funciones de manera conjunta. Es por eso que, por ejemplo, al tiempo que vez un amigo en la calle, puedes sentirte feliz, recordar su nombre y pronunciarlo mientras mueves tus manos para saludarlo.
El hemisferio cerebral izquierdo es el responsable del habla, la escritura, la lógica, las matemáticas, el cálculo y el análisis; además controla las funciones motoras del lado derecho del cuerpo. El hemisferio derecho por otro lado, es el responsable de los sentimientos, las habilidades artísticas y musicales, la memoria visual y la capacidad de síntesis. Este hemisferio controla el lado izquierdo del cuerpo (figura 14).
El cerebro contiene cuatro lóbulos en cada hemisferio: el lóbulo occipital, el lóbulo frontal, el lóbulo parietal, y el lóbulo temporal. En ellos se procesa información sensitiva y motora, y se desarrollan funciones mentales superiores como el cálculo, la memoria, el juicio, el raciocinio, la orientación, la lógica y el lenguaje, etc.
El lóbulo occipital recibe e interpreta información de tipo visual. El lóbulo temporal lo realiza con información de tipo auditivo y permite el reconocimiento, identificación y nombramiento de objetos. Aquí, el centro de comprensión del lenguaje se encuentra en la región temporal izquierda o área de Wernicke. El hipocampo de este lóbulo permite la percepción olfativa.
El lóbulo frontal regula la función motora, el habla, la inteligencia y la personalidad. Permite que podamos pensar y planear situaciones y decisiones. Los centros de control superior del lenguaje hablado están en el área frontal izquierda o área de Broca. El lóbulo parietal integra las sensaciones y el equilibrio y así mismo, controla el lenguaje.
El cerebro alberga de este modo: dos lóbulos frontales, dos lóbulos parietales, dos lóbulos temporales y dos lóbulos occipitales que se interconectan a través del cuerpo calloso y relacionan sus funciones de manera conjunta. Es por eso que, por ejemplo, al tiempo que vez un amigo en la calle, puedes sentirte feliz, recordar su nombre y pronunciarlo mientras mueves tus manos para saludarlo.
http://cienciasnaturalesinsanpecla.weebly.com/actividad-2-el-snc.html